Muchas personas sabemos de la importancia de estar ejercitándonos día a día para tener buena salud, para estar bien con nuestro cuerpo, con nosotros mismos, y existen muchísimas formas de hacerlo… desde salir a correr hasta practicar uno de los deportes “más rudos” ya que se considera al fútbol americano, uno de los deportes más violentos en el mundo. Hay niños que desde muy chiquitos tienen una hiperactividad enorme, brincan, corren, ruedan, gritan, suben, bajan y parece que nada es suficiente para ellos.
Muchas madres deben conocer bien a sus hijos, saber que es lo que les hace falta, que los haga felices y que los llene, pues eso beneficiaria a tanto hijos como padres.
Les comparto esto como una experiencia, pues mi hermano hasta en el psicólogo andaba ya que no creíamos que había un remedio para que se calmara ya que a parte de ser muy hiperactivo, se descontrolaba tanto que se frustraba y se portaba mal algunas veces en la primaria. Fueron los mismos psicólogos los que dijeron que él necesitaba de un deporte para que mi pequeño hermano desgastara toda la pila que tenía, así él podría llegar a casa cansado… y no, no fue suficiente.Natación, béisbol, fútbol soccer, tae kwon do, y nada parecía calmarle… a parte de que seguía siendo un poco rebelde y gracias a este “rudo y violento” deporte, mi hermano se controló, era más atento y hasta mejoró su promedio.
Para los que aun no saben, el fútbol americano va más allá de los golpes y la “agresividad” entre los equipos rivales, se cree que un jugador puede llegar a ser agresivo fuera del campo con familiares o amigos, sin embargo no ven el lado de la conducta. Los chicos aprenden a descargar sus energías dentro del campo, corriendo, tacleando, etc. De una u otra manera se controlan y aprenden sobre el como deben ser las cosas tanto fuera como dentro del campo.
El fútbol americano fue creado en los Estados Unidos y allá más que un deporte es un método de ayuda para aquellos chicos con bajos recursos a los cuales les ayudan con su disciplina y en donde se les ofrecen los estudios a universidades en donde no solo muestre su desempeño jugando si no también en los estudios.Aquí en México eso es posible y no solo con universidades del país, pues jugadores con alto rendimiento pueden llegar muy alto en la universidad que ellos quieran y solo con entusiasmo, disciplina y dedicación.Los chicos pasan un buen rato en el campo ya que van aprendiendo otro valor más; “compañerismo” ellos estarán aprendiendo a convivir, a trabajar en equipo y hacer de este una familia. El americano está creciendo y reconoce a jugadores de todo el país.
“Mi hijo es muy pequeño y flaco, este deporte no es para él… ¡Me lo van a matar jugando!” Esto era lo que mi madre decía cuando mi hermano se interesó en este deporte pues él era chaparro y muy delgado. Una vez dentro, los niños también cambian su alimentación, ¿y quien no después de haber tenido un entrenamiento muy cansado? Él ahora es muy alto, con buena condición física y su alimentación va mejorando día tras día.
No se puede mentir y decir que no pasan accidentes cuando sí, pero solo lo son cuando no se hacen bien las cosas y para eso se entrena, para saber que hacer y como moverse, el dejar los problemas atrás y ponerle dedicación al deporte. Muchos han pasado por eso… lesión en las rodillas, desgarres, clavículas, hombros, sin embargo no hay nada que detenga a uno dejar de hacer lo que hace y le gusta, ¿lo peor que puede pasar? Perder una temporada, y créanme que eso le duele más a los jugadores que una lesión.
El truco está en perderle el miedo a las cosas, en apoyar a quien quiera ser parte de este deporte. Esto no pasa solo a los jugadores de aquí, si no hasta a los más grandes, son cosas las cuales nada nos asegura que van o no a pasar pero también los familiares aprendemos y debemos mostrar apoyo.En conclusión podemos aprender todo esto y más intentándolo, no por miedo se le va a negar a un niño el deporte que quiere practicar de mucha conducta solo porque se cree que es un deporte de agresividad.